► Recopilar la mayor cantidad posible de datos y, más concretamente:
• El modo de trabajo de la cadena tiene que estar perfectamente definido, haciendo referencia a las posibilidades anteriormente expuestas.
• Masas (incluida la de la cadena, que se estimará en primer lugar), rozamientos de la cadena y de la carga transportada, longitudes, ángulos, elementos de posibles curvaturas, etc.
► Calcular las fuerzas que se ejercen sobre la cadena:
• Las fuerzas de tracción por la masa y por el rozamiento (y por una posible curvatura) restringen la tracción de las placas, producen un cizallamiento en los ejes y ejercen una presión de contacto entre los ejes y los casquillos.
• Las fuerzas normales (debidas a la masa y a una posible curvatura), que ejercen una presión de contacto entre los rodillos pequeños (o grandes) y los casquillos por un lado, y la superficie de apoyo por el otro.
► Elegir la cadena en función de su modo de trabajo y del resultado de los cálculos según uno o varios de los siguientes criterios:
• Resistencia a la tracción de la cadena
• Resistencia al desgaste de sus articulaciones y sus rodillos grandes.
► Repetir los cálculos poniendo la masa de la cadena seleccionada si es muy diferente de la estimada al comenzar los cálculos.
► Definir los detalles técnicos de ejecución de la instalación consultando las recomendaciones y comprobando si las condiciones de trabajo previstas en un principio no han variado de manera que menoscaben la validez de los cálculos.